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Tengo algo así como una Teoría del Universo en forma de Rulo. Cada situación anómala que se nos aparece por ahí no es más que producto del enrulamiento natural de las cosas. De todas las cosas que hacemos, de las que no, de las que nos tocan, de las que se van, de las que deseamos y no llegan. Y de todas las demás que ni siquiera nos permitimos imaginar; El mundo que no abarcamos también está hecho de rulos.
Todo da vueltas y avanza: parte de un lugar y rueda hasta llegar al polo opuesto, y desde allí comienza su lento camino hacia el punto de partida, sólo que al llegar se encuentra un par de centímetros más adelante. Y no lo sorprende la inviabilidad del retorno.
Esa contradicción inevitable (que a la vez es consecuente consigo misma) hace de las cosas sujetos a veces impredecibles pero siempre interesantes; nada de mechones que caen al suelo haciendo caso omiso a la odiosa ley de gravedad. Rebeldía en forma de voces, brillos, caminatas, tardes de nada y, seguro, vos. Jodéme que no sos un rulo.
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Gracias por comentar! Alláh te bendiga, amigo mío.