1 feb 2011

Oh, chico rutero (parte II)

(la historia arranca acá)



antes de salir -mientras planificaba el viaje y sobre todo cuando hacía frente a quienes se enteraban de la pericia a realizar y me acusaban de insano mental- y también durante el viaje a Villa Gesell me convencí de lo siguiente: algo de jugo le voy a sacar al viaje. si, si y si, señor. no puedo ir a la costa y volverme así como si nada. que después me queda todo el resto del verano en el subte soñando con el mar mirando una publicidad de Asatej. mi plan era ni bien llegara a Mar de las Pampas me pegaba un pique hasta la playa y sin pensarlo un segundo (iba a ser ya bien de noche) me metía en el agua. y a la mierda, así bien adolecente. la otra, era antes de salir, temprano por la mañana.

claro que cuando llegué no tenía más ganas que de tirarme pero a dormir y encima no hacía ni un poco de calor (fenómeno costaatlantiquense; no hay noches cálidas, siempre siempre bucito a la noche. de Punta Indio a Reta, pasa en todos lados. ya más allá no es "costa atlántica" como quien dice "costa atlántica", aunque sea costa del atlántico y haga frío igual). así que dejé para el día siguiente la zambullida en el preciado mar. maaamita, cuando me levanté al otro día. ya de por sí vieron que cuando uno se levanta habiendo dormido poco y se enfrenta a la intemperie le agarra a uno un frío casi animal, directo de los huesos y hacia afuera, algo loco. siempre que me pasa eso me hace acordar a cuando era chico e iba a la colonia de verano en el Círculo Italiano (también conocido como el Círculo Fascista, que hasta izaban la bandera d´il Duce). era pleno verano, pero levantarse a las 8.30 y meterle bici hasta la otra punta de Regina -ehhhh, es lejos loco, no la bardeén- era sentir frío casi como si estuviera -pensaba yo en ese momento, mientras pedaleaba- en siberia, preso/esclavo de Pepe Stalin.
volvamos a Mar de las Pampas. para colmo ese día se empezó a levantar una fresca matinal que terminó de aniquilar mis expectativas marítimas. así que cargamos la camio y a la ruta.

y cuando digo "a la ruta" quiere decir 14 horas de manejar, no dátiles a la sombra de una parra. paramos en Necochea que estaba Giovann. las perras y yo (obvio, Panqui estaba con nosotros, Pepa en la otra camio) levantamos la pata entre los árboles y seguimos. me perdí queriendo pasar BB (dicen que no hay que nombrar esa ciudad, que es piedra, yeta, malagüero), así que conocimos una parte de Villa Mitre y me acordé que alguien me choreó -dado el tiempo que pasó que lo considero un hurto- la camiseta del club homónimo. en Río colorado nos agarró una tormenta de aquellas coronada con granizo asesino. no saben lo que era esa tormenta, jodido mal, no se veía nada, la piedra golpeaba con fuerza la chapa y el parabrisas, se llenaba de agua la ruta... quilombo. temí no llegar a grabar Monumento a la Estatua con la Tawer, mirá lo que te digo. pero gracias a mi pericia al volante (soy 1.000) y las disposiciones de Alláh, salimos no sólo sanos y salvos de la tormenta, si no con un sentimiento de victoria. le ganamos a las inclemencias del tiempo! a las 8 de la noche estábamos entrando en Casa y al rato improvisamos una picada en el patio.



acá abajo, un mapa aproximado del recorrido



1 comentario:

Gracias por comentar! Alláh te bendiga, amigo mío.