21 feb 2011

boys don´t cry (most of the time)

estoy leyendo un librón (otro) pero librón librón mal, eh. les cuento mi historia personal con el libro.


tengo una hermana. desde chica se dedicó a lastrar libros a diestra y siniestra en tiempo récord. arrancó con Anne de los tejados verdes y ya no paró. eso genera algún tipo de inconveniente a la hora de cumpleaños, navidades, etc. uno sabe que le encantaría recibir un libro como regalo, pero cómo encontrar alguno que justo justo no haya leído? ahí nomás cruzo de vereda y le compro una remera.

resulta que un día se mete en una librería sin saber qué leer y el tipo de ahí -tal vez fuera ex compañero de la facultad, o esa es otra historia, no lo recuerdo- le recomendó el libro. el tipo le dijo algo como "no te guíes ni por el nombre ni por la tapa, es un librón". bué, puede que no usara la palabra librón. pero dijo eso. Juli dudó pero compró. a los días empezó su campaña de recomendación del libro -como supo hacer otrota con El curioso incidente del perro a la medianoche, que años después se convirtió en un éxito en las bateas-, aclarando el tema de la tapa y el nombre.
esto habrá sido hace año y medio, o 2 años.

(ven lo que digo del nombre y la tapa? hay que colgar al diseñador y al de marketing)


tengo casa nueva. y en un barrio que no conocía. tengo además una novia a la que le gusta salir a caminar tanto como a mí, así que en los primeros días en Belgrano R decidimos hacer un reconocimiento del terreno. y aunque por la calle me gritaban "krause", "schwarzkopf" y demás improperios, fue un paseo muy ameno. era un domingo a la tarde y las calles estaban llenas de mesitas con gente, las plazas bien verdes, gente de la high class. parecía que estuviéramos adentro de un cuadro de otro siglo, con los personajes de la elite parisina usando galeras.




no llevábamos más de 3 cuadras cuando vimos una librería bien bonita y no pudimos contenernos.


compramos el libro. hubo un pequeño roce sobre quién lo leía primero y, mucho lobby mediante, arranqué con el libro ese mismo día.

la trama tiene más de un personaje principal, pero uno de ellos es un tipo ya grande cuya historia personal es muy muy triste. y no saben lo bien que maneja la mina (esta NicoleK) los tiempos y las formas para hacerte sentir tan triste que no podés más y al rato hacerte largar una carcajada descompresora. los pasajes entre este personaje (Leo Gursky) y Bruno, su amigo de toda la vida, son mágicos. tira unas descripciones de acciones típicas de viejos -no trilladas, vale aclarar- que hacen que a uno le salgan esas sonrisas que nacen con cosas de viejos o de chicos. con la salvedad de que cuando se trata de gente mayor un poco es porque es gracioso y mucho porque da algo de lástima.

voy a contar una intimidad que me va a dejar mal parado con la muchachada, pero contra la verdad no puedo: hace unas horas en el subte tuve que dejar un capítulo a dos párrafos de terminarlo porque me iba a poner a llorar ahí en medio del vagón. y eso que no hay cosa que odie más que parar de leer en el medio de algo, pero no podía seguir. lo controlé, inflé el pecho y me busqué alguien con quien discutir los partidos del fin de semana. de la B Metropolitana, obvio, fulbo de machos.

10 feb 2011

mimetizandome con el entorno

he decidido que ahora que vivo en Belgrano debo cambiar mi nombre a algo más acorde con la gente que me rodea. tomando eso como puntapié hice una extensa investigación (wikipedia) y decidí cómo me llamaré de ahora en más. algo que vaya con Belgrano pero que me identifique por lo que soy.



del Alemán:

Krause: Pelo enrulado
Schwarzkopf: Cabeza negra



den la bienvenida a mi nuevo alter ego belgranense:


Joseph Krause Schwarzkopf

7 feb 2011

el jarrón de Sofía

como estoy medio afuera del mercado de las pelis me sorprendió estar al tanto de al menos una de las películas en cartel. Anto insistió en ir a ver Somewhere, la última de Sofía Coppola.

en primer lugar, había visto 2 películas de la susodicha (la hija de FF, no mi novia). Lost in Translation -un título muuucho mejor que la traducción berreta "perdidos en Tokio"- se mereció un 10, además de mostrar a la mejor Scarlett de todos los tiempos -así imperfecta, sin el rubio chillón arruinándolo todo-. pero Las Vírgenes Suicidas no me convenció -el libro también me aburrió terriblemente-. entonces podía ser de esa gente que hace una sola buena peli en su vida (como JP Jeunet) y después uno va como un necio a ver las películas subsiguientes y se pega terribles chascos.

además, y de acá viene el hecho de que yo supiera de la existencia de la película, una semana antes leí en La Razón mientras viajaba en el subte una nota castigando a diestra y siniestra, sin respiro ni concesiones, a la película y sobre todo a la directora. de hecho, les pido que por favor lean la nota que linkeo porque no tiene desperdicios, hasta cuando la leí pensé en publicarla como ejemplo de que a veces en los diarios salen opiniones más sesgadas que en este blog.



pero al final fuimos. volví a mi antiguo barrio y al cine. y menos mal, porque fue una de las mejores películas que vi en los últimos años. es muy muy muy muy muy muy muy muy muy pero muy buena. a ver, hay que ir bien predispuesto. cuenta una historia que si intento relatarla -como hace el estúpido de la nota- podrían decirme que es una comedia romántica de Tom Hanks y Meg Ryan. pero el modo en que desarrolla las cosas hace que sea una historia totalmente distinta y una película, les diría, única. cosas que podrían no decir nada terminan diciéndolo todo, y ese todo es trabajado con escenas largas, muy largas.

es que hay cosas que sólo se pueden mostrar con tiempo. no todo son fast food. y así es que hubo gente que se levantó a mitad de la peli y se fue, seguramente acostumbrados al héroe que salta de la ventana, y no termina de sacarse los vidrios del pie que ya está disparando de nuevo. pero, por ejemplo, La Ciénaga -que no es un super peliculón ni mucho menos- podría haber mostrado, haber hecho sentir el ambiente norteño de otro modo que no sea con el letargo y el hacer nada? tiempo, hay que darse tiempo. sin tiempo no hay arte, hay pochoclo.

lo groso fue que después de la peli estuve como 2 o 3 días que nada más con acordarme de la peli me asaltaba una ráfaga de felicidad. cuántas veces pasa eso?

vayan a verla.

1 feb 2011

Oh, chico rutero (parte II)

(la historia arranca acá)



antes de salir -mientras planificaba el viaje y sobre todo cuando hacía frente a quienes se enteraban de la pericia a realizar y me acusaban de insano mental- y también durante el viaje a Villa Gesell me convencí de lo siguiente: algo de jugo le voy a sacar al viaje. si, si y si, señor. no puedo ir a la costa y volverme así como si nada. que después me queda todo el resto del verano en el subte soñando con el mar mirando una publicidad de Asatej. mi plan era ni bien llegara a Mar de las Pampas me pegaba un pique hasta la playa y sin pensarlo un segundo (iba a ser ya bien de noche) me metía en el agua. y a la mierda, así bien adolecente. la otra, era antes de salir, temprano por la mañana.

claro que cuando llegué no tenía más ganas que de tirarme pero a dormir y encima no hacía ni un poco de calor (fenómeno costaatlantiquense; no hay noches cálidas, siempre siempre bucito a la noche. de Punta Indio a Reta, pasa en todos lados. ya más allá no es "costa atlántica" como quien dice "costa atlántica", aunque sea costa del atlántico y haga frío igual). así que dejé para el día siguiente la zambullida en el preciado mar. maaamita, cuando me levanté al otro día. ya de por sí vieron que cuando uno se levanta habiendo dormido poco y se enfrenta a la intemperie le agarra a uno un frío casi animal, directo de los huesos y hacia afuera, algo loco. siempre que me pasa eso me hace acordar a cuando era chico e iba a la colonia de verano en el Círculo Italiano (también conocido como el Círculo Fascista, que hasta izaban la bandera d´il Duce). era pleno verano, pero levantarse a las 8.30 y meterle bici hasta la otra punta de Regina -ehhhh, es lejos loco, no la bardeén- era sentir frío casi como si estuviera -pensaba yo en ese momento, mientras pedaleaba- en siberia, preso/esclavo de Pepe Stalin.
volvamos a Mar de las Pampas. para colmo ese día se empezó a levantar una fresca matinal que terminó de aniquilar mis expectativas marítimas. así que cargamos la camio y a la ruta.

y cuando digo "a la ruta" quiere decir 14 horas de manejar, no dátiles a la sombra de una parra. paramos en Necochea que estaba Giovann. las perras y yo (obvio, Panqui estaba con nosotros, Pepa en la otra camio) levantamos la pata entre los árboles y seguimos. me perdí queriendo pasar BB (dicen que no hay que nombrar esa ciudad, que es piedra, yeta, malagüero), así que conocimos una parte de Villa Mitre y me acordé que alguien me choreó -dado el tiempo que pasó que lo considero un hurto- la camiseta del club homónimo. en Río colorado nos agarró una tormenta de aquellas coronada con granizo asesino. no saben lo que era esa tormenta, jodido mal, no se veía nada, la piedra golpeaba con fuerza la chapa y el parabrisas, se llenaba de agua la ruta... quilombo. temí no llegar a grabar Monumento a la Estatua con la Tawer, mirá lo que te digo. pero gracias a mi pericia al volante (soy 1.000) y las disposiciones de Alláh, salimos no sólo sanos y salvos de la tormenta, si no con un sentimiento de victoria. le ganamos a las inclemencias del tiempo! a las 8 de la noche estábamos entrando en Casa y al rato improvisamos una picada en el patio.



acá abajo, un mapa aproximado del recorrido