30 nov 2011

stop:play

terminó recién Los Excéntricos Tenembaum. y sigue sumando porotos a lo que no me canso de repetir, que las cosas buenas hay que verlas, leerlas y vivirlas una y mil veces.
no sé si todos tendrán en mente la peli, Pagoda, los hijos de Ben Stiler con los aire-comprimidos, Owen Wilson manejando con la cara pintada. pero claro, corro con la ventaja de haberla visto recién. muy buena peli.

y como las cosas verdaderamente buenas, no terminan sin disparar algo. el otro día decía un autor de teatro que yo no conocía que cuando ellos escriben una obra juegan siempre con lo que nunca podrán manejar, que es la parte que le pone el que está del otro lado y la parte que le pone el espectador en inventar lo que se cuenta. las cosas que generan pueden intentar estar direccionadas, pero nunca van a poder dar en un blanco. en ninguno. es fundamental que haya un tipo recibiendo el mensaje y decodificándolo en un lenguaje totalmente distinto y propio.
y recién, terminando los Tenembaun me puse a pensar en los personajes. como siempre que veo una peli más de una vez, pongo a trabajar un poco a la cabeza (siempre la primera vez es en blanco) y trato de ver qué se quería decir.
los personajes, los hijos de Royal Tenembaun, eran niños grandes. cada uno estancado en su momento, pero todos preadolecentes de treintaipico años. y por un segundo, y más si uno la mira después de la segunda cerveza y con 3 semanas sin dormir, puede pasar que a lo uno invada la sensación de que eso es de algún modo felicidad. hay amor, perdón, redención, cariño, apoyo, y una música tan bien puesta que decís "puta, que afortunado este Luke Wilson". claro, el tipo acaba de tener un intento y le decís afortunado!! y ahí caí en algo que pocas cosas como el cine pueden generar, que es ponerte en un lugar de completa irracionalidad. se me viene a la cabeza Hable con ella, que estaba contada de tal manera que hasta te daba pena el personaje, que (perdón si alguien no la vio, pase directamente al último párrafo) no era más que un abusador que había violado a una mina en estado vegetativo!!! fukin mierda Almodóvar!
pero los tipos te ponen en esa circunstancia en la que uno puede sentir lo que jamás se permitiría o lo que no le sale. hacia el fin de la película que acabo de ver, no había otra cosa más que felicidad y hasta un poco de envidia. envidia por una manga de infelices, en definitiva.

ssspetaculá ver estas cosas
nos vemos