29 ene 2011

un premio

si, señores. como buen opinólogo, no podía no entregar un premio cada tanto en actividades que me son completamente desconocidas. en este caso, el diseño gráfico.




Premio a la peor tapa de disco de la década.



una banda de nivel internacional, con 20 años de trayectoria, en el 2011 hace una tapa como esta:






y no hablo solo de la aberración conceptual. que yo haga cosas horribles para subir acá, bueno. no pasé del Paint y pego una imagen sobre otra como se me ocurre y con un herramental mínimo. que el Chapulín después de la chiquitolina se viera espantoso hablando con alguien gigante también: eran los 80 y con bajo presupuesto. pero que estos hijos de puta peguen unas fotos suyas en blanco y negro sobre una foto en sepia con un resultado tan pero tan feo a la vista a esta altura de la vida es un exceso (y fijense que ni siquiera mencioné el nombre del disco "Cowboys from hell" ni la pinta de estos muchachos).


ni esto pueden hacer bien los metaleros. kill´em all.

27 ene 2011

Cosa n°4

Resulta que para alquilar un lugar donde vivir -esto es, darle plata a un tipo todos los meses- no sólo alguien de tu familia tiene que tener una propiedad a su nombre (que no sea bien de familia, ni en usufructo de nadie, ni muy lejos, ni haber salido como garantía muchas veces, ni...), no sólo tenés que demostrar que ganás un montón de plata por mes, no sólo tenés que correr el sábado a la mañana con el Clarín en la mano porque todo se alquila, no sólo tenés que pagar un montonazo de plata a la inmobiliaria. además tenés que bajarte los pantalones y entregarte al deseo del dueño.
porque no me chupan todos bien la poronga??


tengo carpa.


24 ene 2011

como en Moebius?

como cada mañana, caminé las 10 o 12 cuadras que separan mi actual y provisorio hogar en la calle Gándara de Incas. es un trayecto que me sienta muy bien: el barrio es hermoso, súper tranquilo, muchos árboles, pocos autos, y caminar por ahí la verdad me re cabe.

una mañana normal, medio nublado. bajé al subte, saqué mi libro y me metí de lleno en él. hace un par de días empecé a leer por primera vez una novela de Banana Yoshimoto (Kitchen) y estoy atrapadísimo. ayer mismo, salí del subte y camino al trabajo no deje de leer, lo que me llevó a tener varios choques con los demás transeúntes y casi casi con un poste. qué bueno es encontrar un libro que no te deja dejarlo, que querés que el bondi se frene en un semáforo en verde para poder terminar el capítulo antes de llegar a tu parada. bueno, eso me está pasando con Kitchen.



así que estaba allá, en Tokio, hasta que llegó la estación Florida y me tuve que bajar. cuando salgo del subte -medio allá, en el Japón, todavía- me encuentro con una supertormenta nutrida de litros y litros de agua y algo que me descolocó: las nubes estaban tan cerradas, tan apiñadas ahí arriba, que era casi de noche. se habían prendido las luces del alumbrado público, hacía frío, el cielo negro. hasta me llevó a pensar cuánto tiempo había pasado yo en aquel subte, como salido de un cuento de H.G.Wells o Socorro!. y lo más extraño era que el cuerpo no entendía que estuviera yendo para el trabajo y ni hablar que fueran las 9 de la mañana. me obligué a caminar para el laburo aunque la sensación que tenía es que estaba haciendo algo fuera de lugar, como ir a cursar un domingo o ir a la cancha cuando no hay partido.



la lluvia se iba poniendo más bien jodida y decidí refugiarme (a ver, estoy leyendo a Yoshimoto, una historia en Japón, en invierno. si no pongo el término Refugio todo esto es al pedo) en la entrada de un edifico, ya bien mojado. pero la tormenta era tan pero tan hija de puta que cambiaba de dirección continuamente, con lo cual consiguió mojarme de nuevo de frente. me fui hasta otro edificio, que cubría ese flanco. cambio de viento y agua de nuevo.

como todo esto me sonaba a irremediable, me metí nomás abajo de la lluvia, a empaparme, pero cuidando que no se moje el libro. llegué al trabajo con la misma sensación de estar llegando a las 8 de la noche, al trabajo o a Japón, pasé por el baño a escurrir la camisa y vi que el libro estaba intacto. Mikage sigue haciendo equilibrio en el techo. ufff, qué noche, Teté!

20 ene 2011

Esto sí es un boom inmobiliario

como sabrán (les debo haber roto las pelotas varias veces con esto) estoy buscando dónde vivir. hace cosa de un mes -vivía todavía en Billinghurst- empecé la búsqueda así que salí un día a caminar en busca de inmobiliarias. bueno, en los últimos 5 años deben haber abierto algo así como 15 inmobiliarias por mes en la zona. posta! hay más inmobiliarias que chinos. bueno, que supermercados chinos, porque chinos hay como mil 300 millones.


como una de mis vocaciones desatendidas a lo largo de mi vida es la de cartógrafo, ni bien terminé la recorrida hice un plano del barrio marcando la localización de cada inmobiliaria.


(en rojo las inmobiliarias)


como puede verse, se han apoderado hasta del parque.


hay que hacer algo, ciudadanos de Buenos Aires. a este ritmo, en 2 años vamos a terminar todos durmiendo en una inmobiliaria (con los plasmas ofreciendo otras inmobiliarias parar alquilar, previo pago de 2 años de comisión)

18 ene 2011

Oh, chico rutero

Si estuviera en mis épocas de baterista de Locomotor, podría hacer alarde de haber pasado "todo un fin de semana en las rutas, baby". ouiéa, en los caminos con Mario Marcic. o como sea que se escriba el boludo ese.
el tema empieza el viernes a eso de la tarde cuando arribo a retiro. ya, quilombo mal. mucha gente, mucho calor, muchos bondis -menos el mío. yo me había llevado apenas un pequeño libro porque el plan que tenía pensado no me dejaba mucho espacio a la lectura. llega finalmente el Plusmar a Villa Gesell de las 18.45. me subo y arrancan algunos inconvenientes con los asientos, que si bien numerados, no tenían una correlatividad lógica. parece sacado de algún cuento fantástico, pero al 53 le seguía el 60 y el 54 estaba antes del 59, abajo. pequeños disturbios que por suerte no pasaron a mayores: la gente se estaba yendo de vacaciones a la playa, un pequeño percance no generó nada. ahora, pasaba eso en Lacroze lunes 8.25 de la mañana y estaríamos lamentando un baño de sangre. pero sigamos. sube toda la gente y estos suben últimos. conservadora en mano (no me va que les llamen "heladeritas", porque para ser heladera tiene que enfriar, y las conservadoras conservan -valga la redundancia- la temperatura. hablemos con propiedad viejo, refugio de la cultura). eso ya lo decía todo, cuatro pibes rumbo a Gesell con fernet sentados dos al costado y dos adelante mío. listo, estaba rodeado. tenía dos opciones, o les pedía un trago y llegaba a Gesell descontrolado y al otro día no me despertaba nadie o me ortivaba y me ofuscaba y me moría de envidia al ver tanto jolgorio a mi lado y no poder participar. ya soy un tipo grande, opté por la segunda (pero no se lo cuenten a Juan, que después boquea).
arranqué con mi libro intentando abstraerme del ambiente. tanto logré abstraerme que no me di cuenta de que el bondi casi no avanzaba. claro! último viernes de la primer quincena de enero. un mundo de bondis en retiro! me di cuenta de esto, recién cuando miro por la ventana y veo la Rosada. me quedaban sólo 10 páginas de mi libro. guatafac.
antes de subir a la autopista BA-LaP el libro ya estaba guardado en la mochila, finiquitado. así que me puse a ver por la ventana. no sabía que había tantos edificios por esos lados. y ahí estaba el casino, el docke, los espacios verdes y finalmente campo. ahí me empaqué y me obligué a dormir.
llegué a Gesell 1.30, ahí esperaba Madre para ir hasta Mar de las Pampas. ni me acuerdo quién manejó.

después sigo.