13 abr 2011

ventaja al resto

Una marca de aires acondicionados -calculo que algo más harán de su vida, de todos modos- sacó hace unos meses esta serie de publicidades:
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la idea es que por una vez en la vida, un defecto -o lo que la experiencia cotidiana te lleva a creer es un defecto, aunque podría ser considerado de otra forma- te genere alguna ventaja sobre los que no lo tienen. en la pulicidad los narigones, gente siempre señalada con el dedo, excluidos, marginados, acceden a un premio monetario sólo por su condición de tales.
y ahí dije "qué bueno, lástima que no me alcanza para comprarme un aire".

me acordé de esto hace dos días cuando fui al dermatólogo. dermatóloga, en realidad. fui para controlarme los más de 150 lunares que tengo repartidos por el cuerpo. una de las primeras preguntas fue si al exponerme al sol me quemaba colorado o no y le dije que por lo general paso directo a "negro". resulta que al ser mi piel genéticamente oscura tengo menos chances de tener problemas con los lunares y manchas en la piel. o sea, eso que varias veces hizo que viejas de mierda crucen de calle -porque me pasó también estando afeitado y con el pelo corto-, o que me dejó afuera de un boliche, me da una ventaja en un hecho concreto sobre esas viejas de mierda y sobre esos patovas impotentes.

otro caso que recuerdo es cuando estuvimos por Venezuela con Anto. parece que tengo cara de israelí. yo les digo "libanés", pero por esos lados andan muchos israelitas así que ellos dicen israelí. en un momento andábamos en nomeacuerdoquéciudad cerca de la frontera con Colombia y se nos vienen al humo dos oficiales de la policía venezolana. una mala onda pero terrible:
-de dónde son! documentos! qué hacen!
-somos de Agentina, tomá los pasaportes - y, con un cambio de expresión de 0 a 100 en 2 segundos, pasaron a tratarnos como a amigos de toda la vida.
- ahhh argentinos! y cómo están? los podemos ayudar en algo?
Anto quería tomarse la presión así que nos acompañaron hasta un puesto de bomberos cercano que tenía una salita y se despidieron con una gran sonrisa.
me acordé cuando entré a Inglaterra lo ortiva que fue agente de migraciones, y que si hubiera sido europeo pasaba como por un tubo. me acordé de todas las veces que quise ir a Hebraica (?) y no me dejaron por no ser judío. me acordé de que por tener pasaporte argentino te miran de reojo en todos lados. o en casi todos lados, porque en Venezuela fue una bendición.

espero que sepan encontrar ustedes mismos la moraleja, porque yo no.

atte.
su narigón, negro y sudaka, Elafro

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