4 nov 2009
el asado más caro de mi vida
el domingo a la noche, corriendo después de la función de Ausencia, partí hacia Regina en bondi. quince horas después estaba allá, buscando hacer alguna entrevista que me sirviera para la tesis. nada. el martes a la mañana tenía una reunión en una de las exportadoras de frutas más grandes del mundo porque era casi seguro que salía un laburo para que coordine yo y de paso podía conseguir datos interesantísimos para mi tesis. al final me dicen que vaya al mediodía, para almorzar y hablar de estas cosas en Cipolletti (a 90 kms. de Regina). así que 2.30 hs de viaje -ida y vuelta- para una comida en la que se habló más de la filosofía japonesa de limpieza y orden que de cosas que me sirvieran para algo. cabe destacar que mi viaje al valle fue solamente para hacer esta reunión. una poronga. cuando llegué a casa ya era hora de armar las cosas y salir para Neuquén (100 km.) para tomar el avión y volver a BA. eso hicimos. un desperdicio total de todo.
lo que sí estuvo muy pero muy bueno fue que, al fin después de muchos meses, pude agarrar la bolsa de leña, acomodar la madera muerta, ponerle unos papeles de diario y prender fuego. acomodar la parrilla, calentarla sobre el fuego, ver cómo iban las brasas, acomodar la carne, los choris, las morcillas y mandar calor. ir pispiando si se va haciendo parejo, que no le falte calor, que no se seque, que la grasa de los choris no prenda fuego ni apague las brasas, etc.
no saben las ganas enormes que tenía desde hace un montón de tiempo de hacer un asado. no de comer, digo de HACER el asado; toda la cosa. hubo picada, guitarra, vacío, costilla, postre. un ssspetáculo.
claro que el asado me costó 20 hs de viaje y $600 en pasajes, pero qué rico estaba.
lo que sí estuvo muy pero muy bueno fue que, al fin después de muchos meses, pude agarrar la bolsa de leña, acomodar la madera muerta, ponerle unos papeles de diario y prender fuego. acomodar la parrilla, calentarla sobre el fuego, ver cómo iban las brasas, acomodar la carne, los choris, las morcillas y mandar calor. ir pispiando si se va haciendo parejo, que no le falte calor, que no se seque, que la grasa de los choris no prenda fuego ni apague las brasas, etc.
no saben las ganas enormes que tenía desde hace un montón de tiempo de hacer un asado. no de comer, digo de HACER el asado; toda la cosa. hubo picada, guitarra, vacío, costilla, postre. un ssspetáculo.
claro que el asado me costó 20 hs de viaje y $600 en pasajes, pero qué rico estaba.
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