Licuadora antiautobifurcaciones

Qué cosa que a veces se me torna difícil es la construcción. sobretodo si la contraponemos con la destrucción, cosa linda si tiene la vida. qué gratificante y fácil es destruir algo. haga Ud., amigo mío, la prueba en su casa. tome ese adorno de, digamos, porcelana; los niños con el perro, el ángel semidesnudo regalado por alguien hace un par de cumpleaños, los personajes del pesebre navideño, lo que tenga a mano. elévelo y deliberadamente aviéntelo contra el suelo. craaasshhhhhhhh qué placer! no es hermoso? díganme la verdad.
pero bueno mi idea hoy por hoy (o una de mis ideas) es CONSTRUIR un blog, y que la gente -Ud., amigo mío- lo lea y no se vaya para siempre. entonces se me plantea la duda sobre qué tipo de blog armar. tengo algunos post armados de cosas que se me ocurrieron en la semana, de todo un poco. el problema es justamente ese, el de todo un poco. como es de esperar, tuve varias ideas estúpidas que alguien podría catalogar como divertidas. tuve también momentos de nostalgia que me hicieron escribir cosas bien bien abajo -el cuarto subsuelo de la sentimentalidad-, leí o escuché frases o ideas ajenas que me despertaron vayaunoasaberqué, y varias cosas todas de distinto orden. entonces, qué publicar? qué tipo de blog quiero hacer?
y ahí se me vino a la mente la metáfora de la banda nueva que quiere hacer algo distinto. así es que saca un primer disco que tiene un tema folk, otro punk, un chamamé, un hip-hop que sobre le final se convierte en bossa nova y termina con un cuelgue sideral en honor a Barrett. con el correr de los años y los discos, esa banda llega al fin a un estilo definido y a veces propio. y ahí está la solución: hacer por lo pronto el blog que salga, con lo que tengo sea del palo que sea y tal vez en algún momento el estilo se definirá solo. por eso he decidido dejar libres a todas mis personalidades para que escriban lo que les pinte a cada momento. ya veré qué sale de todo eso. rulos, seguramente.