13 jun 2009

otra historia triste

vieron que está haciendo un frío importante. estamos todos con algo de mocos, la garganta que pica y esos estornudos que hace que los paranoicos en el subte te miren con cara de porcino.
resulta que fui a buscar unos apuntes a lo de mi buena amiga Meru. pulóver y campera abrigada. toco el timbre, "ya bajo". mientras espero en la puerta pasa caminando un sintecho muy desarropado: una remera manga corta y un pantalón todo roto que dejaba al aire más de la mitad de sus piernas. los brazos cruzados adelante y bien encorvado como intentando retener algo de su calor corporal. yo me vi tan calentito y decidí darle mi campera. pero como Meru estaba bajando, no podía irme y dejarla colgada con los apuntes en la mano y en hojotas.
cuando terminó mi visita salí a buscar al hombre. ya se había perdido, pero supuse que había seguido por Santa Fe, donde hay mucha gente, muchas luces y muchos tachos de basura naranjas. a las 3 o 4 cuadras lo encontré. ya sabía que estaba por ahí porque mientras avanzaba escuché a 3 pibes que decían "noo chabón! qué frío debe tener ese tipo". ahí estaba, con sus piernas al aire acercándose a otro basurin en busca de.
cuando me acerqué y esbocé un simple "señor..." me miró con la desconfianza de un animal en una trampa y empezó a alejarse diciendo por lo bajo pero firme "salí de acá hijo de puta borracho de mierda la puta que te parió..." y similares hasta que cruzó Santa Fe y se fue. decidí que seguirlo ya no era una buena idea y me quedé ahí parado con la campera en la mano, intentando digerir lo que acababa de pasar. tendrían que haber visto cómo se puso ante mi acercamiento, un acercamiento humano. probablemente su experiencia le indicaría que nada bueno podía salir de tal encuentro.
volví a casa y cuando entré me saqué la campera y el pulóver porque la loza radiante estaba al mango. y fue tristísimo. tristísimo.

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