14 mar 2009

Casa.

que lindo estar en el lugar de uno, no?
en Regina, en mi pieza. aunque los colores de las paredes hayan cambiado, aunque mi cama ya no esté, aunque mis libros se hayan mudado a 1200km, aunque parezca cualquier cosa menos una pieza que me pertenece. pero sé que me pertenece.
y suena Buscaglia, mamá abajo cocina unas tartas y entra un fresquito por la ventana... fresco reginense, Dió! y es mi lugar, aunque sepa que en realidad ya no lo es y que probablemente no vuelva a serlo, al menos en el sentido que fue.

para los que no lo saben, hace más de 24 años nací en la clínica Regina de la ciudad homónima, 11 de la mañana. y en esta casa que hasta hace un par de años quedaba sobre una calle de tierra viví 18 años. faaa 18 años caminando la calle de polvo y piedras. nunca hice nada por tanto tiempo.
y siempre que vengo siento una extraña sensación de desconocimiento de lo que me es profundamente conocido, hasta los mínimos detalles. es como releer un libro escrito por otro escritor: la historia la conocés, las miserias de los personajes ya las sentiste, sabés lo que viene a cada paso, pero está escrito distinto y sabe diferente.

sí, sé que puede ser medio difícil de entender desde afuera (nada más difícil que explicar un sentimiento) pero les juro que acá adentro todas mis personalidades están de acuerdo con esto. lo que no saben definir bien ninguna de ellas es qué significa exactamente "esto".
lo pensaré más adelante, me voy a tomar unos mates con palmeritas. no hubo quórum para las tortafritas.

1 comentario:

  1. sabés ?te las arreglásmuy bien para graficar.._no se si ese es el término que corresponde pero igual...- lo que sentís..se desliza en la manera de contar acerca de las cosas y los hechos...

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Gracias por comentar! Alláh te bendiga, amigo mío.