Igual es siempre para mí agradable compartir ratos y mates y Pepitos con mi hermano Rulo, que me cuenta de cómo las celebridades del espectáculo se pelean por sus servicios (de músico, entiendasé) y de cómo esta vez sí va a seguir con el gimnasio más de un mes, a partir del lunes, por supuesto. Cuando me estaba por ir, ya a trabajar, al microcentro, a la horripilante Buenos Aires que se ha olvidado de qué es lindo, se sucede el volantazo del espacio-tiempo y la cuarta dimensión que todo lo determina; como por arte de magia (y tal vez un poquitiiito influenciada porque entré a su pieza e hice algo de ruido) Juana se despertó. Y claro, se despierta y lo primero que ve es entre sombras un montón de barba y enormes rulos que todo lo cubren, no es papá, no es mamá: llanto. Y ahí vamos, que se duerme, que no, que deja de llorar, que juega, que se despabiló. Al final nos tiramos en el living a reírnos todos y a golpear con las manos ese piso flotante que tanto suena, como la música.
y de a poco la hermosura hecha nena empezó a entrar en confianza, y a mí se me llenó la boca de alegrías. y cantaba ante sus ojos bien abiertos, que patapin y patapón y patapin y patapón / Miranda la lechuza, Mirón el lechuzón, y a ver quién sube, a mi fábrica de nubes y toca la campaaaaaana y ella me regalaba sonrisas que mostraban sus dos dientes al público-yo.
y después la comida -manzana rallada y verduras con arroz y avena- y de nuevo a jugar, a los brazos del tío al que se le caía la baba de no poder serrar la boca y dejar de reír.
un rato más tarde llegó mamá Paula y me fui viendo a Juana dedicarle la mejor sonrisa a su madre, feliz. y de ahí rumbo al trabajo, sabiendo que llegaba unas 4 horas tarde, pero, ¿a quién le importaba a esas alturas ir a trabajar a microcentro, llegar tarde? si durante todo el día no me pude sacar la sonrisa
es que en definitiva, aunque en parte está compuesta de penas, amargos desencuentros, golpes, dolorosas decisiones, dolorosos momentos, dolorosas gentes, desilusiones, esguinces, sacrificios y abandonos, de vez en cuando la vida nos besa en la boca (y uno es feliz como un niño cuando sale de la escuela).
cuanto amor.. cuanto amor en estas palabras.. es que si.. como no derretirse con semejante belleza!! ( un babero para el papa y los tioosss)DaniDre
ResponderEliminarEstoy triste, perdimos locooo, no se si alla la sufriste tanto como nosotros aca! Abrazo gurizao donde sea que estes.
ResponderEliminarEl guri!